Esta población ubicada en el extremo norte de Puebla se quedó sin electricidad, agua, ni señal de telefonía desde hace una semana, incluso antes de que las inundaciones provocaran los mayores estragos.

Tras las lluvias, señalaron, están sin localizar alrededor de 192 estudiantes, solamente de Ciencias de la Salud, "pero hay muchísimos más que estaban en otros lugares" y no han sido localizados.

Los habitantes tratan de retornar poco a poco a su vida normal, sacando lodo de sus casas y negocios, pero la falta de comida y de agua hace que todo se vuelva más difícil.

Ninguna institución ha acudido a ayudarles, se quejan pobladores.

Miles de damnificados remueven escombros; acusan nula presencia de la Guardia Nacional y la Marina para las labores de rescate. Testimonios señalan que solo tuvieron diez minutos para salir de sus casas. En Álamo, el nivel del agua comenzó a bajar, pero solo permite el acceso a pie.

Las lluvias de este año, única salvación. Se racionó el suministro a la CDMX y confían en evitar una crisis en el abasto: Cuencas del Valle de México